El “excepcionalismo estadounidense” tambalea en 2025, y Europa aprovecha el momento. Solo bastaron tres meses para sacudir una narrativa que parecía inquebrantable. El S&P 500 y el Nasdaq han registrado su peor desempeño desde 2022, y por primera vez en años, los mercados internacionales lideran la conversación.
¿El sueño del inversor estadounidense ha perdido su brillo… o solo está tomando un respiro?
Un golpe directo al portafolio
En noviembre de 2024, tras la reelección del presidente Trump, el entusiasmo en Wall Street era palpable. Con la inflación bajando y las tecnológicas de inteligencia artificial impulsando nuevos máximos, el “excepcionalismo estadounidense” parecía una apuesta segura.
Pero en lo que va de 2025, la historia ha cambiado. Según datos de FactSet y Dow Jones, el S&P 500 y el Nasdaq Composite perdieron terreno como no lo hacían desde hace tres años. Más sorprendente aún: las acciones estadounidenses obtuvieron peores resultados que sus pares extranjeras por el margen más alto en casi tres décadas.
- Desde febrero, las acciones estadounidenses han perdido cerca de 5 billones de dólares en valor.
- El índice alemán DAX ha subido un impactante 11,3% en 2025.
- El STOXX 600 europeo avanzó un 5,18% en el primer trimestre, superando al S&P 500 en dólares.
David Rosenberg, economista veterano, lo resumió bien: “La agenda de ‘América Primero’ ha puesto a Europa en primer lugar este año”.
¿Qué pasó con los Siete Magníficos?
En el corazón del retroceso estan las gigantes tecnológicas que impulsaron la última ola alcista. Nvidia, Apple y Microsoft —parte del famoso grupo “Siete Magníficos”— han sufrido fuertes correcciones. Mientras tanto, el sector de inteligencia artificial empezó a mostrar signos de enfriamiento.
Esto se agrava con la incertidumbre sobre aranceles que podría aclararse en el denominado “Día de la Liberación” del presidente Trump este miércoles. No obstante, el tiempo perdido ya dejó cicatrices notables en los portafolios.
¿Y el dólar? Tampoco ayuda. En lo que va del año, la moneda estadounidense atraviesa su peor inicio desde 2017. Para inversionistas extranjeros que no aplicaron coberturas, la doble caída (acciones + dólar) ha sido especialmente dolorosa.
De líder mundial a rezagado temporal
¿Es esto el fin del excepcionalismo estadounidense? No necesariamente. Pero sí es una pausa obligada para reflexionar.
Durante las últimas dos décadas, el S&P 500 entregó un rendimiento aproximado del 370%, sin contar dividendos. En comparación, el MSCI ACWI ex-US —que excluye acciones estadounidenses— apenas subió un 65% en el mismo periodo. Ese historial pesa.
Sin embargo, un trimestre difícil basta para sembrar dudas. Más aún si se combina con la caída del dólar, las tensiones geopolíticas y un Congreso polarizado.
Por si fuera poco, más del 64% de las compañías del S&P 500 emitieron previsiones de ganancias negativas para el primer trimestre de 2025, según FactSet. Ese es un salto respecto al promedio quinquenal del 57%.
Europa al contrataque
Lo que sorprende no es solo que EE.UU. flaquee, sino que Europa finalmente está capitalizando esa debilidad.
- Alemania lidera gracias a una recuperación industrial y mayor acceso a inversiones en tecnologías limpias.
- Francia y los países nórdicos se benefician de entornos fiscales más estables y regulaciones claras para IA y energía renovable.
Incluso los inversores institucionales están tomando nota. Flujos de capital recientemente publicados muestran cómo fondos soberanos y grandes fondos de pensión están diversificando agresivamente fuera de EE.UU.
Tres razones para no tirar la toalla
Pese a este arranque rocambolesco, los mercados estadounidenses aún tienen cartas bajo la manga:
- Sólido potencial de ganancias: Se espera que las empresas de EE.UU. generen un crecimiento de beneficios superior al de sus pares internacionales en 2025.
- Estacionalidad favorable: Históricamente, abril es el segundo mejor mes para las acciones estadounidenses.
- Claridad de políticas: Si Trump logra definir rápidamente su postura arancelaria, podría allanar el camino para una recuperación en confianza y precios.
A esto hay que sumar que la Reserva Federal, aunque cautelosa, deja puertas abiertas a recortes de tasas si la desaceleración se profundiza.
El excepcionalismo estadounidense está siendo puesto a prueba en tiempo real. Por primera vez en años, los inversores están mirando con deseo hacia Europa y otras regiones. Pero esto no significa que el imperio bursátil de EE.UU. esté derrumbándose.
Más bien, podríamos estar entrando en una era más equilibrada, donde la diversificación geográfica vuelve a cobrar sentido.
Para los inversores a largo plazo, el mensaje es claro:
- No subestimes a EE.UU., pero tampoco sobreestime su inmunidad.
- Considera agregar exposición internacional progresivamente.
- Sigue atento al “Día de la Liberación”. Las noticias del miércoles podrían reconfigurar por completo el tablero de juego.
Porque en los mercados, como en la historia, los imperios no caen en un día… pero sí pueden tambalearse en un trimestre.